Una placa base sólida, bien diseñada para los jugadores
No me gustan mucho los LEDs de colores en una placa base. Me parece una tontería, la máquina está debajo del escritorio. Pero lo que sí me ha gustado es que puedo poner 128 GB de DDR4 si quiero, y lo que es más importante, que la placa base está preinstalada para recibir refrigeradores de agua. No hay que preocuparse por la placa trasera de plástico que viene con el refrigerador, sólo hay que atornillar los soportes y listo.
Además, hay espacio para 8 unidades SATA. No hay nada de qué quejarse.
Por último, el hecho de que la BIOS permita el overclocking automático es la guinda del pastel.